domingo, 25 de julio de 2010

Informe de Batalla: Apocalipsis en Mineris


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APOCALIPSIS EN EL SECTOR MINERIS


+++ INFORME DE BATALLA - SECTOR V +++


El Sacerdote Lobo, Adolf el Negro había desembarcado en Mineris con la misión de asegurarlo para El Imperio, ya que era un sector muy próximo al corazón industrial del planeta, y bien conectado con los demás sectores de Mimas Prime; en definitiva, por su situación geoestratégica… lo cual era evidente si uno se detenía a observar su superficie.


Mineris es un asfixiante e interminable mar de ceniza, golpeado incesantemente por tormentas electromagnéticas que dificultan en extremo las comunicaciones, y que solo fue conolizado por la humanidad por sus yacimientos de Criocristales… en definitiva un infierno enemigo de la vida.


Pero las cosas aun se pondrían mas calientes en su inhóspita superficie.


El día 20 de Junium, a las 00,37 se recibió un comunicado de la máxima prioridad para la avanzada de los Lobos Espaciales en el sector. Se había detectado una importantísima concentración de Xenos Eldar en el cuadrante 40/20/57 del mar de ceniza, cerca de unas ruinas Xenos poco exploradas y en teoría abandonadas… los informes de los exploradores indicaban que la fuerza enemiga era aplastantemente superior a las tropas que el capitulo tenia destacadas allí… necesitábamos refuerzos con la mayor urgencia si queríamos prevalecer aquí.


Dada la magnitud de la amenaza, el propio Logan Grimnar, el Señor de los Lobos Espaciales, decidió hacerse cargo personalmente de la situación, y dirigió su destructor imperial, el “Ragnarok”, hacia Mimas Prime. Con el iría a la guerra toda la primera compañía de los Lobos Espaciales. Grimnar pondría toda la carne en el asador.


La situación se hizo aun más volátil cuando llego una inesperada comunicación orbital de la Orden de los Templarios Negros. La amenaza Xenos no les había pasado inadvertida a los Templarios, y el mismísimo Alto Mariscal Helbrech exigía a los Lobos que se hiciesen a un lado para que sus Templarios pudiesen purificar el mar de cenizas… Adolf se mostró inamovible, aunque savia que solo podía ganar algo de tiempo… pero con esto vasto, ya que la Ragnarok apareció en orbita y ambos Señores, Grimnar y Helbrech tuvieron que llagar a un tenso acuerdo acerca de la mejor forma de encarar la amenaza.


Finalmente se acordó, no sin dificultades, que ambos Capítulos irían a la batalla dirigidos por sus respectivos Señores, y en un número más que suficiente para asegurar la más completa y absoluta aniquilación de los Eldar invasores.


Las cápsulas de desembarco cayeron al mar de ceniza mientras rallos electromagnéticos apuñalaban el cielo, las Thunderhawk volaron a baja altitud soltando vehículos y unidades retro propulsadas directamente sobre los objetivos prefijados, al tiempo que varias columnas de tropas de tierra se les unían en las posiciones asignadas… entonces todo exploto.


Los Xenos les recibieron con una densa lluvia de proyectiles, pero para sorpresa de los Astartes, estaban muy reforzados por artillería Tau. Informes posteriores identificaron a las fuerzas Tau, como un grupo de mando procedente del Sector VII – Mecadon autodenominado como Cuerpo de Cazadores I, y comandado por Shas'o G'or.


Los astutos Tau se habían desplazado para reforzar a los Eldar (Russ sabrá por que razón) sin ser detectados gracias a la incesante distorsión que suponen las tormentas del Sector.


El como, y el porque ya no importaban, estaban allí y les matarían sin piedad si ellos no se lo impedían antes.


Medio cegados por la tormenta de ceniza que dificultaba enormemente la visión, y ametrallados incesantemente por la artillería Xenos, los Astartes se concentraron en asegurar sus objetivos. Helbrech por el lado Este y Grimnar por el Norte, con tropas de ambos capítulos reforzando todos los frentes restantes… la batalla, librada entre las cenizas arremolinadas por el viento, fue un verdadero caos, y los informes son inconexos…


Grimnar encontró una fuerte oposición Tau en el lado Norte, y varios vehículos de asalto fueron destruidos por artillería Xenos, siendo sus dotaciones degolladas entre las aullantes dunas por Guerreros de Senada Eldar. En el Este, Helbrech asalto con la elite de sus Templarios a la brutal encarnación de sus dioses, respaldada por lo que al parecer eran todos los legendarios Señores Fénix… la retaguardia Astartes fue asaltada por un innumerable numero de Arlequines, que surgieron de entre la ceniza haciendo una carnicería con las tropas allí asignadas, y amenazando muy gravemente toda la zona… El frente fue asaltado por al menos cinco Señores Espectrales, y la eficaz artillería Tau inmovilizo cuantos tanques se enviaron para rechazarlos…


Huelga decir que la batalla no marchaba bien, y tras siete horas de batalla interrumpida los Xenos se estaban abriendo paso por la zona Este y la retaguardia, ya que allí concentraron su ataque.


Fue entonces, en el momento mas critico del frente Este, cuando se escucho un largo y antinatural aullido, y se produjo el asalto de los Wulfen de la legendaria Treceava Compañía de los Lobos Espaciales.


Salieron de entre la ceniza levantada por el viento, y cargaron salvajemente contra los Arlequines Eldar. Los lideraba un enigmático Sacerdote Lobo, cuya cara ocultaba un yelmo con forma de cráneo de lobo… los exhaustos Astartes recibían ayuda, y reforzaron la defensa del estratégico frente Este, pero la lucha seguía siendo extremadamente dura y sangrienta. Eldar y Wulfen se arrojaban el uno sobre la garganta del otro, pisoteando para ello a decenas de exterminadores y Xenos que yacían muertos a sus pies


Helbrech y sus cuatro Señores del Capitulo fueron superados y dejados desdeñosamente atrás por el Avatar y sus Señores Fénix, que cargaron a su vez contra los Wulfen, destrozando a cuantos se les interponían y casi destruyendo al venerable dreadnought Brjorn Garra Implacable, el cual tuvo que ser retirado del frente con severos daños en su ancestral blindaje… Grimnar ordeno reforzar a los Templarios y envió otras dos compañías de exterminadores de la Guardia del Lobo dirigidas por Ulric el Matador, y apoyadas por la tormenta pisquica de Njal Llama Tormentas… pero apenas parecía bastar.


En el frente Norte la cosa iba mejor para los Astartes; Arjac el Yunque de Fenris y un combinado de Cazadores Grises y Tácticos Templarios derribaron a los Señores Espectrales y amenazaron la supremacía Xenos muy cerca del conclave de hechiceros Eldar… informes posteriores identificaron entre ellos al temido Eldrad Ultarad, el cual no pudo ser abatido por los Astartes.


Logran Grimnar capitaneo personalmente el asalto en el frente Noroeste, pero cuando parecía que lo tenia asegurado, un Capellán de los Templarios Negros, el ultimo de su unidad retro propulsada, cometió la temeridad de arrojar una Garnada Vortex contra una tanque enemigo cercano… el abismo disforme que se abrió devoro al blindado Xenos, pero no contento con ello, se desplazo hacia las posiciones de los Lobos Espaciales, destruyendo las ruinas en las que se habían hecho fuertes los Lobos, y sembrando un caos monumental, que aprovecharon las fuerzas de asalto Xenos.


Alienígenas alados de Vestid, Armaduras Crisis y Espectros Aullantes Eldar cargaron contra los desorientados Astartes, y la zona se transformo en una sangrienta lucha cuerpo a cuerpo, que gano el Gran Lobo, pero a un alto coste (y que casi termino con su heroica Saga cuando la maldita grada Vortex paso a su lado, devorando a uno de sus guardaespaldas en el proceso).


El calor asfixiante y la fatiga estaban llevando al límite de su capacidad tanto a Xenos como a Astartes, y las bajas eran terribles. El mar de cenizas estaba salpicado de cadáveres y humeantes restos de vehículos… tras trece horas de batalla casi ininterrumpida la batalla aun rugía con la fiereza de una bestia herida.


Adolf el Negro lanzo a sus Garras del Cielo desde una Thunderhawk hasta el frente Este, causando una carnicería entre los Arlequines supervivientes, pero era una lucha perdida, ya que los Señores Fénix y su Avatar no pudieron ser contenidos y conquistaron el objetivo de ese frente… al menos pudo vengar a los Wulfen que dieron su vida en ese lugar.


El Noroeste era de los Astartes y el Norte permanecía en disputa. Los objetivos iniciales de la retaguardia y el centro seguían en poder de los marines… y entonces se levanto una tormenta de cenizas tan grande y violenta que obligo a interrumpir la batalla.


Ante la urgencia de ponerse a cubierto, ambas fuerzas se retiraron, y dando la batalla por perdida, los Xenos se dispersaron, abandonando de mala gana del campo de batalla.


Cuando todo paso, y la ceniza se asentó, quedo patente el resultado.


¡VICTORIA PARA EL LOBO Y EL TEMPLARIO!

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