Nuevamente los Orkos, nuevamente la amenaza pielverde en su eficiente inconsciencia se cruzaba en el camino de Llirhtan hacia la dominacion planetaria. ¿Es que nunca iban a comprender la futilidad y la fugacidad de sus acciones al enfrentarse a aquellos que disponen de toda la eternidad para llevar a cabo sus maquinaciones?
Era el momento de hacerselo comprender, la campaña Quim’ Eran estaba a punto de concluir y su trascendencia sobre el destino Mimas Prime iba a ser inferior a lo esperado, aun asi, la leccion quedaria marcada a fuego sobre sus enemigos. Aprenderian a temer el nombre de Llirhtan, Emergal o Monty y Georgy, prevendria a futuros Kaudillos sobre enfrentarse a la amenaza disforme.
Esta vez no se andarian con chiquitas, eliminarian tantos orkos como fuera necesario para que flaqueara el coraje pielverde y salieran huyendo. Sus tropas basicas, portadores de plaga, incineradores y diablillas descendieron sobre varios edificios, para tomar posiciones. Soportaron sin problemas la lluvia de disparos procedente de una peña de Zaqueadores y vieron acercarse a toda velocidad varios camiones rebosantes de orkos, que sin tener en cuenta posibles represalias desembarcaron saltando por encima de las cabinas. Trataban de guarecerse en las mismas ruinas que habian tomado los Musgüalkers.
La respuesta de las tropas demoniacas no se hizo esperar, Llirthan, Emergal y los Aplastadores de Khorne, se materializaron frente al Karro del Kaudillo y su escolta de Nobles Motoristas. Mientras tanto los incineradores, Monty y Georgy, y los Portadores de Plaga, se abalanzaron sobre los Kamioneros, que ignorantes del peligro que se les venia encima no reaccionaron a tiempo. El fuego purificador de los Incineradores, junto con el de Monty y Georgy, que lograron ponerse de acuerdo a tiempo borro de la faz del planeta a los primeros Kamioneros, luego los Portadores de Plaga se ocuparon de los otros, trabandose en un confuso combate de dificil solucion.
La presencia de los pesos pesados del ejercito demoniaco no habia pasado desapercibida al Kaudillo orko, que lanzo a sus tropas al asalto enfrentandose a las monstruosidades acorazadas de los Aplastadores, Emergal sonreia maliciosamente, centrandose en la escolta del Kaudillo, mientras sus chicos se lanzaban sobre los Nobles. La presencia del Matazanos, el Doktor Koztura, y de Llirhtan supuso una horrorosa batalla que se prolongaria durante toda la noche.
Mientras tanto, diablillas, portadores e incineradores daban buena cuenta del resto del ejercito Orko, junto con la presencia de dos gigantescos Aplastaalmas, donde habian vuelto a ser encerradas las dos entidades demoniacas que quedaron libres al enfrentarse a los Tau.
Mientras en un extremo del campo de batalla, el combate entre Nobles y Aplastadores de Khorne seguia trabado, se unieron Portadores y mas Orkos, generandose una lucha de proporciones epicas. Viendo la inutilidad de este combate, Llirhtan decidió que era el momento de ir en busca de los Zakeadores, que podian poner en peligro la victoria final.
La contundencia de los Aplastaalmas termino por quebran incluso a una peña de Nobles que se habian incorporado al combate con las diablillas, haciendolos huir tan rapido como les permitian sus pesadas armaduras, mientras la presencia del Señor de la Transformacion convencio a los Zakeadores que su Kaudillo no iba a ganar, con lo que decidieron retirarse, solo para ser atrapados entre las garras de Llirhtan.
Pronto quedo claro que los Orkos no iban a poder quedarse en la zona, y los pocos supervivientes salieron con el rabo entre las piernas, en busca de algun transporte que los alejara de la ira provocada por los demonios. Tardarian tiempo en volver a tentar la suerte contra las fuerzas de los poderes ruinosos.
La victoria era total, Llirhtan habia consumado su venganza sobre los pielesverdes.
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